RELIQUIAS MEMORABLES

Manuel José Montero Vizcaino

 

Existen bienes tangibles que aún cuando parezcan insignificantes o inservibles, más allá de su valor material, pueden constituirse en haberes simbólicos que mantienen vivos e intactos recuerdos de un pasado inolvidable.

 

Tengo el privilegio preservar y disfrutar en mi casa, de algunas reliquias de un valor sentimental incalculable que con esmero conservo por la cuidado con que fueron conservados durante décadas por mis progenitores, las cuales hago mención a continuación:

 

TINAJA

 

Pasó a dominio familiar en los años 40s  en el corregimiento del Playón de Orozco municipio de El Piñón Magdalena. Se cree que ésta reliquia pertenece a la cultura Chimila, indios guerreros que habitaban la región Sábanas de San Ángel y parte del municipio de Pivijay territorio donde tuvieron asentamiento.

 

Prestó sus servicios durante muchos años en esa localidad para que luego en el año 1955 fuera trasladada al corregimiento de Bellavista, para la época municipio de Fundación, donde permaneció por espacio de 40 años. Se calcula que debe tener aproximadamente 70 años. Fue la nevera de la casa en mi infancia y adolescencia; no necesitaba refrigeración porque mantenía el agua fresa y agradable para el consumo en todo momento. Se acostumbraba a llenarla con agua lluvia en épocas de invierno y prácticamente permanecía con agua todo el verano.

 

MÁQUINA DE COSER

 

Esta máquina fue comprada por mi madre en el corregimiento de Bellavista a su hermana  Manuela Varela (mane) a mediados de la década de los años 50; Es una máquina de coser marca NINFA, en ella se confeccionaban prendas de vestir masculinas y femeninas con modas de actualidad, fabricadas sobre medida y escogidas por los clientes de actualizados figurines referentes de la moda para la época. Es una máquina semi-eléctrica pero de uso manual durante toda su vida de servicios dada la ausencia de energía eléctrica en el pueblo donde prestó sus servicios durante años. Hasta poco antes de la muerte, élla la utilizaba para remendar el vestuario roto de hijos y nietos.

 

La conservo con mucha abnegación dado que aquí se cosió parte de lo que soy hoy; eran largas jornadas de costura día y noche alumbrada con lámparas artesanales alimentadas con petróleo (gas). Fue parte del bastión económico del hogar, labor que desempeñaba con esfuerzo para sacar adelante los estudios de sus hijos y contribuir al sostenimiento del hogar. 

 

BAÚL

 

Fue propiedad de mi padre. De acuerdo con la versión tomada, este baúl fue comprado por mi papá cuando aún estaba soltero, por lo que se estima que tenga aproximadamente entre 75 y 80 años. Ahí se guardaba la ropa planchada y almidonada que utilizaba cuando salía a hacer diligencias y compartir con sus amigos. 

 

ESCAPARATE

Este hermoso ejemplar construido en madera de Cedro, color caoba, tiene una luna (espejo) que permite ver una persona completa. Tiene 4 compartimentos pequeños y uno grande para colocar ropa. 

 

Nos contaba mi madre que fue adquirido en Bellavista en la década de los años 60 por un sistema de crédito a través de pólizas, modalidad de moda para la época con pagos mensuales cobrados puerta a puerta, servicio ofrecido por el comerciante Efraín Solórzano de Fundación.

 

CARTILLA DE CARTÓN

Con ella aprendí las letras del abecedario en el colegio de la "seño Chave", mi primera maestra. Me la compraron en 1966,  es decir, tiene aproximadamente 56 años. Fue conservada por años en una legendaria cajona con mucha dedicación.

 

Al observar en esta cartilla, para la época, se consideraba en el abecedario como  letras la CH y la LL. Sin embargo, no aparecía la letra W, es decir, que la cartilla tenía 28 letras.

 

En la actualidad se excluyen del abecedario la CH y la LL, ya que son consideradas como dígrafos, es decir, conjuntos de dos letras que representan un solo fonema. Hoy el abecedario de español queda reducido a 27 letras: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

 

ALEGRÍA DE LEER 

(Libro Tercero y Libro Cuarto)

 

Estas cartillas de la autoría de Evangelista Quintana, me ayudaron a fortalecer el hermoso arte de leer. Dotadas de historias fascinantes e inolvidables que aún conservo en mi memoria. El Libro Uno y el Libro Dos, no contaron con la misma suerte y sucumbieron ante la adversidad de la guerra indolente que produjo el desplazamiento forzado en mi pueblo a principios de la década de los años 2000 con la destrucción de aquellos bienes que no pudieron salvarse en la salida repentina y apresurada de la población. Allí se fueron muchos recuerdos de ese pasado de encanto que, de solo traerlo a la mente, produce sensación de nostalgia y a la vez tristeza.

 

ENCICLOPEDIA

 

Esta enciclopedia fue referente de consulta en el primer grado de primaria cuando apenas iniciaba mis primeras lecturas y en la cual era obligación aprenderse las clases de memoria. Tiene aproximadamente 55 años. En un solo tomo se encuentran los contenidos de todas las materias entres las cuales se destaca: historia sagrada,  catecismo,  urbanidad,   ciencias naturales entre otras.

 

SOBRECAMA (Cubrelecho)

Una obra de arte bordado a mano en tela "de familia" y de un fondo blanco impecable, 100% algodón. Fue hecho y obsequiado especialmente para mi nacimiento en el año 1959 por Carolina Vizcaino Pertúz. Su impecable color blanco se debe a la costumbre ancestral de lavar con jabón, aplicar azulín diluido en agua para conservar su blancura y posteriormente almidonar antes del planchado para una mejor consistencia y durabilidad.