EL COMINO
cuentos de la vida
real
Manuel José Montero Vizcaino
Un día
sucedió algo curioso
que a mí
me llamó la atención,
para
ustedes a continuación
les narro
con mucho gozo;
el clima estaba caluroso
mi
compadre eufórico cantaba,
porque ese día se estrenaba
una de sus
hermosas canciones,
haciendo
gala de sus dones
muy orgulloso mostraba.
En medio
de su emoción
me ofreció unas cuantas cervezas,
muy alegre y con certeza
acepté su invitación;
con su acostumbrada atención
y con
varias voladoras encima,
mi compa fue a la cocina
para hacer
una buena picada,
ya que el estómago esperaba,
una Sabrosa propina.
Sacó de la
nevera el queso
y lo hizo
acompañar de jamón,
con un toque
de limón,
con
cebolla que, para eso,
en
trocitos no muy gruesos
son agradables
al paladar;
luego
empezó a mezclar
para hacer
su obra maestra,
que fuera
agradable a la ingesta
y el
hambre poder atacar.
Pero, ojo,
algo no salió bien,
le faltaba
a esa receta
un buen toque de pimienta
bien
revuelta en el sartén,
lo más
parecido a un edén,
lo que allí
se comería,
y yo para adentro decía,
uyy, mi
compadre se sobró,
de aquí no
me voy yo
con buena
música ese día.
Pero en
vez de la pimienta
de la lacena una bolsa sacó
sin mirarla allí la abrió
echándole más de la cuenta
para que el picantico se sienta
pero al
llegar a su destino,
se
evidenció el desatino,
cuando
la picada se probó,
mi comadre enseguida exclamó,
Wil, lo que echaste fue comino.
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La poesía es:
decir las cosas de una manera hermosa y describir la vida sin límites ni medida.