DURA REALIDAD, PERO ¿HASTA CUANDO?

Manuel José Montero Vizcaino

* Foto tomada de Internet

Haciendo una reflexión

sobre la realidad colombiana,

a nadie le quedan ganas

de hablar de su situación,

por un lado, la corrupción

en sus altas jerarquías,

Fiscalía, Procuraduría y Contraloría,

Gobierno, Justicia y Congreso,

pero ahí no termina eso,

empeora cada día.

Hace años un famoso

caricaturista llamado Osuna,

ilustró con su fina pluma

en un gráfico portentoso,

un curioso y genial esbozo

en el cual su país Colombia

debería llamarse “Locombia”

porque todo se daba al revés,

hoy muchos años después

la cosa todavía no cambia.

Miren, por ejemplo ...

Se habla en la constitución

de la independencia de poderes,

con sus normas y deberes

de obligatoria aplicación,

sin embargo, la corrupción

arraigada en cada proceso,

en instancias como el Congreso,

donde eligen los magistrados

para así tener amañados

los fallos y no irse presos.

El fiscal lo elige el congreso

así como el Procurador también,

entonces confiar en quién,

cuando se les abre un proceso,

para aquellos de carne y hueso,

la realidad es turbia y cruda,

si te elijo, tú me ayudas,

y si me eliges, yo te ayudo,

en un entramado oscuro,

de maldad y de locura.

Cada contrato estatal

con la coima se tramita,

forma que facilita

apropiarse en forma fatal,

de recursos que debían estar

destinados a reducir la pobreza,

y nadie controla con firmeza

lo anteriormente descrito,

súmele otro saldito,

el tráfico de influencias.

Acaso se podría esperar

un futuro de otra manera,

un mandatario cualquiera

tiene de cuota un Fiscal,

a donde iremos a parar

si la política maneja la justicia,

esa que con feroz avaricia

ha penetrado sus estamentos,

haciendo de aquella un portento

de impunidad y sevicia.

Otro personaje bribón

propone una reforma pensional,

para en realidad acabar

con la posibilidad de pensión,

sería otro golpe a la razón

de mujeres y hombres maltrechos,

que hacen su trabajo bien hecho

entregando su vida al trabajo,

para que venga este renacuajo

a conculcar su derecho.

Ojalá en esta ocasión

un nuevo y consciente elector,

buscando un futuro mejor

imponga el voto de opinión,

para que salga así la nación

de esa entramada telaraña,

donde mucha gente se engaña

en cada periodo de elección,

aprovechándose de la ocasión

del que busca una maraña.